Viajando a Alemania

Hauptbahnhof station. Frankfurt am Main. Photo: Sara Apaza.

He dejado Lima nuevamente. Esta vez, admito me costó un poco más que antes. A veces creo que mi familia y mis amigos ya están acostumbrados a verme partir. Pero, creo que la madurez nos hace más sensibles, más humanos también, o al menos eso siento que gano con las canas que me salen.

Aunque ya no sea una jovencita de veintes, soy más bien una “señora” de treintas usando todas las cremas que puedo para que mis arrugas de «la sonrisa y del regaño» se me noten cada día menos, como si eso fuera posible, jajaja. Sigo viajando, como cuando tenía 7 años menos. Aún no cumplo una década de llevar una vida un poco errante, entre las visitas que doy a Lima y los intentos de migración que llevamos con mi esposo, pero ya puedo decir que me estoy graduando en millas.

¿Graduarse en millas? ¿Y eso qué? ¡Vaya inestabilidad! Ni casa, ni auto, ni hijos y se te va a pasar el tren. Pues que se me pase. Si hay algo que las terapias me han ayudado a aceptar es mi propio devenir. Acepto quien fui, quien soy y quien quiero ser. Y siempre quise ser una ciudadana del mundo, por eso sigo viajando. No solo por mi esposo y nuestros planes de buscar un lugar donde crecer juntos, sino por mi también, porque mi exploración no está completa y no lo estará hasta que yo misma sienta eso.

Y vaya que sueño con comprarme una casita rodante y tener muchos perros. Le he preguntado a mi marido qué piensa y me dice que no quiere tantos perros, :D. Iré trabajando en eso para convencerle.

Adoptar perros será mi forma de agradecerles por haberme devuelto las ganas de explorar y sentir el mundo como lo hacen ellos. Sin miedo y con amor. Es gracioso porque escribo esto y pienso en mi Lilo en casa y se me salen las lágrimas, no lo puedo evitar.

Quisiera que el mundo fuera más perri-gati-animal-amigable porque es un poco complicado andarse moviendo por el mundo sin que le acepten a uno las mascotas en los pisos que alquila. Aunque ya de por sí, los humanos lo tenemos bastante difícil con esto de los pasaportes.

Volviendo al tema del viaje que es el motivo de este post. Quisiera decirles que estoy super lista para el máster y para hablar mi alemán (masticado), pero creo que uno nunca está 100% listo.

Mi itinerario de viaje dura unas 18 horas y en este momento estoy haciendo escala en Madrid por algunas horas. Tiempo perfecto para llenar este diario con algunas líneas.

El primer vuelo ha sido sumamente tranquilo y rápido. No sentí las casi 11 horas de vuelo gracias a varios filmes que llamaron mi atención, entre ellos Rocketman,- ¡qué increíble está esa película!-.

¿Qué haré en Frankfurt? Pues aún no he marcado mi agenda con actividades fijas para cada día. Quizás pueda ver a amigos o amigos de amigos hasta que comiencen mis clases del máster.  Aún no sé qué esperar de esta nueva temporada…

Había pensado en cambiar el nombre del blog o cerrarlo puesto que creía que ya no podía seguir escribiendo publicaciones con este tipo de contenidos, pero mi alma trotamundos ha sobrevivido a las tormentas emocionales y a mi pereza.

Prometo volver con otro post para contarles cómo pueden seguir viajando de otras formas, no solo como fotógrafos de crucero sino como au pairs o estudiantes de bachiller o de máster o una carrera técnica – Ausbildung. Ya les contaré cómo van mis primeros días y encuentros en Alemania.

¡Hasta entonces, gitanillxs!

Odiseas Familiares en una caja de zapatos

Desde hace cinco años llevo buscándome fuera de este país. He viajado y migrado por avión, por bus, por tren. He vivido sola, con amigas, con desconocid@s, con gatos…

Y no ha sido sino hasta esta semana en Lima durante el taller «Odiseas Familiares» del escritor y periodista Marco Avilés que fui consciente de que mi exploración me había llevado a todas partes y a ninguna.

A la mañana siguiente de haber escuchado las historias de migrantes e hijos de migrantes mi cabeza seguía procesando sus testimonios. Sus voces seguían sonando con fuerza en mi mente. De pronto me escuchaba a mí misma perdida y quise saber quién soy.

Aprovechando mi estadía en Lima, mi ciudad de nacimiento, fui encontrando tesoros familiares escondidos en cajas de zapatos. Memorias de hasta 4 generaciones pasadas en cajas de cartón que, felizmente, ni la humedad ni el tiempo han borrado.

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Familia Huamán Berren
Familia Huamán Berren. José Huamán, Rosa Berren e hijos.

Mis apellidos son Apaza Huamán y los primeros registros que pude encontrar son de la familia materna. Los Huamán de Trujillo que aparecen en este primer registro familiar realizado en un estudio del Centro de Lima (1925) son José Huamán y Rosa Berren junto a sus niños, entre ellos mi abuelo José Fortunato, quien lleva un cuaderno y tiene apenas 7 años en la foto.

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La abuela Jovita junto a sus hijas.

En esta otra imagen las mujeres de la familia Huiman. Mi abuela Manuela aparece en la esquina derecha junto a su madre Jovita y sus cuatro medio hermanas. «Mañuquita», como la recordamos, nació en el distrito de Moro en Áncash y luego llegó a Lima junto a su familia. Aunque no sabemos los motivos de la mudanza, mi madre me cuenta que ambas familias se instalaron en pequeñas quintas en el distrito de Lince.

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Las huellas de la migración también vienen del sur. La familia de mi padre proviene de Arequipa y en el caso de ellos no tengo acceso a fotografías por un distanciamiento familiar. Quizás esto sea lo más sensible de toda esta historia, lo más difícil de entender.

Tanto mi hermana como yo hemos podido descubrir un acercamiento a Puno increíble, una conexión que nos lleva a vibrar con su música y folklore. Nuestro primer acercamiento fue en la escuela durante las festividades de octubre cuando teníamos que realizar las danzas de la Candelaria para la kermesse de la escuela.

Como no puedo describir lo que siento cuando escucho una morenada, una saya, una diablada o nuestra marinera puneña con pandilla, me he sentido emocionada al punto de la lágrima en plena danza.

Lo curioso aquí es que no nos pasa lo mismo con otras danzas, entonces descubrimos que hay una conexión especial con el sur por las razones que sea.

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Mis abuelos Dora Ramos y Félix Apaza junto a mis padres en el día de mi cumpleaños. (1987)

Mi padre Félix Apaza Ramos nació en Lima, pero sus hermanos nacieron en Arequipa, en donde mi abuela Dora tenía una picantería. La ciudad natal de los padres de la abuela podría haber sido Puno y el apellido Apaza del abuelo Félix tiene origen aymara, aunque él haya nacido en la Ciudad Blanca.

Ambos migraron a Lima hace muchos años y construyeron una casa muy modesta en Flor de Amancaes, en las faldas de los cerros donde recuerdo claramente jugábamos los Siete Pecados.

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Nosotros, los nietos, la segunda generación de migrantes crecimos en medio de juegos, de mucho cariño, pero también de ciertos silencios. En el caso de mi familia materna las relaciones siempre fueron muy abiertas, la memoria de los familiares del norte estaba un poco más actualizada por algunas visitas de tías y primos desde Catacaos.

El tesoro escondido de la familia paterna es una visita pendiente, aunque de niña haya sido muy feliz corriendo y escondiendo los caramelos que mi abuelo me daba, hay una barrera impenetrable que nos separa. Que no tiene que ver con verguenza ni racismo alguno, no en mi caso, es más bien una colección de heridas que nos han llevado a mantener un saludable contacto telefónico en ciertas fechas.

Aunque el taller haya terminado hace dos días, el ejercicio de memoria y reconciliación apenas ha empezado. La búsqueda empieza a tener sentido, las fotografías son herramientas del pasado para recuperar el yo presente, para descubrir, sanar, compartir.

Antes de cerrar este post, que vino a mí como suplicándome escribirlo, quise también saber de dónde podían venir estas ganas de viajar, de siempre querer curiosear qué pasa más allá, entonces comprendo que el origen de Diario Gitano estaba en todas las veces que miré los álbumes de fotos de mamá.

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Mi madre Ceci viajó mucho antes de tenerme. Tiene cientos de fotografías paseando con sus amigas, disfrutando de lugares, de fogatas, caminatas y amigos de la ruta.

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En esta fotografía estamos juntas en la playa, frente al inmenso océano que místicamente siempre se inmiscuye en mi vida haciéndome sentir sus formas, su presencia, su poder auténtico y divino.

La vida después del crucero

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Reaparezco después de mucho por aquí. Aunque haya abandonado un poco este diario, me alegra mucho cada vez que recibo sus mensajes vía Twitter o Facebook.

Justo hace poco una amiga y lectora de este blog viajó a Puerto Rico para iniciar su primer contrato a bordo del  “Adventure of the Seas”, un crucero de Royal Caribbean. Después de meses de conversar vía whatsapp, verla viajando me hace sentir feliz.

Me alegra que este pequeño espacio virtual le permita soñar a mucha gente y los acompañe durante su preparación para trabajar en cruceros.

***

Hay un gran reto del que no he hablado mucho hasta ahora y es sobre qué hacemos los fotógrafos cuando renunciamos al barco.

Hace unos días leía un artículo sobre lo difícil que es reconectar con la tierra de uno cuando se ha dejado el país por algún tiempo. No importa cuánto tiempo, la verdad es que el hecho de haber descubierto un lugar nuevo nos cambia un poco.

Nunca seremos los mismos antes y después de un descubrimiento. Los efectos de los lugares y de la gente en nosotros influyen mucho, aunque no nos demos cuenta.

Pero,  ¿qué pasa con los fotógrafos después de meses o años en altamar?

Muchos de los fotógrafos en los cruceros son jóvenes y en el mes y medio de vacaciones siguen viajando por cuenta propia. Visitan amigos e intentan mantenerse en el ritmo “wanderlust”1, que ahora está tan de moda.

Cuando yo comenté a algunos amigos que mi esposo y yo queríamos establecernos en tierra y dejar el trabajo en cruceros, muchos me preguntaron ¿Por qué? Si la paga es buena, y hay líneas de carrera y viajas y no pagas renta…

Ante la interrogante, pues yo misma no estaba segura qué decir. Solo sabía que nos apetecía formar nuestra propia compañía «Mare and Sara» y crear un hogar, un espacio para los dos y para nuestros sueños.

Marko y yo decidimos dejar la vida en el mar hace ya casi un año y no voy a mentir, extrañamos mucho esa adrenalina diaria y la sensación de vivir cada día en un puerto distinto.

Sin embargo, la vida en tierra tiene lo suyo. Realizamos una ceremonia muy pequeña y linda en Pozarevac, la ciudad de mi esposo. Nos casamos. Pude conocer a mi familia serbia mucho más y conectar con ellos, más allá del lenguaje verbal porque digamos que no me ha ido muy bien con el idioma, ¡strášno!2

Después de la boda, como les comenté en un post anterior iniciamos trámites para mudarnos a Austria. Aquella aventura nos costó nuestros ahorros, pero si apuestas por algo tienes que ir hasta el final por ello.

Hasta ahora verán que no hemos obtenido respuesta en casi 5 meses de haber enviado la solicitud de nuestro visado. El tema migratorio en Europa es un fiasco y es lamentable.

No reniego de Austria, al contrario. Tengo hermosos recuerdos de mis amigos vieneses, de sus calles, de su increíble sistema de transporte. Me enamoré de mi línea de metro con sus banderitas LGTBI durante el mes de junio. ¡Los 2 meses vividos allí no tienen precio!

***

Vivir de la fotografía en tierra no es nada fácil. Sobre todo aquí en Europa del este donde nos encontramos. Sin tener fechas de viaje confirmadas, invirtiendo los ahorros en Facebook ads, imprimiendo tarjetas de presentación y escribiendo a wedding planners de por aquí y allá. Es una labor de “networking” ardua.

Luego de analizarlo y conversar mucho con mi esposo, nos dimos cuenta del potencial de Lima para el tema de fotografía y estilismo en el que estamos interesados.

Debo confesar, que fue en el barco donde aprendí mucho sobre las prendas y el estilo como una herramienta que empodera a las personas. Fue a través de la fotografía que he descubierto el styling como algo de lo que me interesaría vivir más adelante.

Nos mudamos a Lima muy pronto y estamos ansiosos y con muchos objetivos por lograr.

Quiero decirles que si están pensando en dejar el barco, sean los motivos que sean, piensen mucho en sus metas. Escríbanlas en un cuaderno de notas y revísenlas día a día.

Si hay algo que he aprendido en este año de gitaneo, es que son las metas concretas las que hacen que nuestros sueños se hagan realidad.

Si son fotógrafos sepan que la parte más dura de aprender son las estrategias de mercado y de administración con las que tenemos que lidiar día a día.

Entiendo que muchos hacen esto por amor al arte, porque son artistas, pero si nos quedamos haciendo arte sin pensar en que tenemos que vivir de ello, llegará el día en el que nuestros ahorros se hicieron agua y tengamos que buscar un empleo a última hora.

Por último, les sugiero tener siempre actualizado su portafolio o su website. Promociónense y manténganse en contacto con sus potenciales clientes vía Instagram, Facebook, Twitter y Pinterest.

Si disponen de dinero, inviertan en sus avisos o en Google Adwords. En un próximo post estaré publicando algunas herramientas que los puedan ayudar a emprender sus negocios en tierra.

Aunque soy relativamente nueva en esto del «business», estoy super ansiosa por poder aprender más y les prometo compartir por aquí parte de lo que vaya surgiendo.

Ya saben que podemos intercambiar consejos y preguntas en este diario siempre. Les deseo lo mejor a todos en sus aventuras para este fin de año y el que viene.

¡Besos gitanos!

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  1. Wanderlust. Palabra de origen alemán que manifiesta un gran deseo o impulso de viajar, deambular o explorar el mundo.
  2. Strášno. Expresión del serbio que significa terrible.

Dos días en la ciudad de los canales

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Venecia. ©Marko Stojkovic. 2016

Hablar de Venecia es hablar de romanticismo y ensueño. Festivales de máscaras, pasado, callecitas estrechas y góndolas. Este ha sido uno de los destinos más inesperados para mí, sobre todo porque este año he visitado lugares que nunca imaginé. Italia ha sido ese regalo que llegó como sorpresa a marcar mi mapamundi viajero.

Por Sara Apaza.

Ya les había contado que mi esposo y yo somos fotógrafos. Aunque vivir de la fotografía, como freelances no es nada fácil, pues hemos logrado hacer algunos trabajos en este tiempo, además de poder viajar y conocer nuevos lugares.

Una de nuestras últimas sesiones tuvo como locación Venecia. Así que la agenda de este viaje es más que nada sobre cómo disfrutar y trabajar al mismo tiempo. Es todo un desafío ir a una ciudad desconocida y de pronto intentar, en el menor tiempo posible, encontrar aquellos rincones de luz que te permitan lograr una buena fotografía y al mismo tiempo capturar la esencia del lugar.

Ya les digo, que la época del año que escojan para visitar Venecia es sumamente importante para su presupuesto y también para disfrutar.  A nosotros nos tocó experimentar la ciudad durante la época más caliente y más concurrida: Agosto.

Si detestan las multitudes y el calor, no vayan en ese mes. Además, el precio de los hospedajes se incrementa por el festival de cine y la temporada alta.

Una muy buena alternativa a los hoteles es el servicio de Airbnb. Si les es posible reservar al menos dos o tres meses antes de su visita, les saldrá muy a cuenta.

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Nosotros conseguimos alojamiento en un departamento en Mestre, un distrito muy tranquilo ubicado a solo 15 minutos de Venecia. Basta tomar el tranvía para llegar a Piazzale Roma, que es como un paradero principal para buses, tranvías, taxis y vaporetti.

Desde Piazzale Roma hasta el centro histórico de Venecia puede tomar entre 40 a 60 minutos. Pueden hacerlo a pie o tomar uno de los vaporettos. En realidad, yo tengo la impresión que un ova más rápido caminando que yendo en el bote. ¡Hay que prestar atención a los atajos!

Movilidad y transporte

Si llegan a Venecia vía aérea y su hospedaje está ubicado en el centro de Venecia, es una gran ventaja. Mi única recomendación es que cuando realicen la reserva del hotel, les pregunten por el transporte que los llevará hasta la mismísima puerta. Todas las calles son canales, así que eso de ir caminando y jalando las maletas, no les va a gustar mucho. Especialmente si van en verano y hay muchos puentes que subir y bajar.

Nuestros tickets.
Nuestros tickets de tren.

Por otro lado, también pueden llegar a Venecia por tren. Digamos que pueden viajar así por toda Europa. Nosotros habíamos realizado una parada previa en Vicenza y pagamos 9 euros por el ticket hacia Mestre. El precio regular es de 6 euros y el viaje duró solo 30 minutos.

Como les mencioné líneas arriba, nosotros nos hospedamos en Mestre y pensamos que una buena forma de movilizarnos los casi 3 días que permanecimos allí sería comprando los tickets ilimitados por 48 horas. El precio de estos billetes es de 30 euros y te permiten viajar en bus, tranvía y vaporetto. Solo tienes que validar la tarjeta cada vez que subes al transporte, porque si suben los controladores y no has validado, te multan. ¡Aquí no se salvan ni los turistas!

Tengan en cuenta que en cada estación las ventanillas realizan la venta de los boletos individuales. Es decir, son válidos solo por un viaje y el precio es de 8 euros.

Si ustedes están hospedados en el mismo Venecia quizás no los necesiten tanto, pero si van a visitar las islas del archipiélago (Murano, Burano) les será de utilidad.

 

Piano, piano si va Lontano

En Venecia, a fines de agosto se inició el famoso Festival de Venecia, y alrededor de las plazas se vivía un ambiente de alfombra roja. La gente estaba atenta a chocarse con alguna estrella, era un ambiente muy vivo, lleno de energía.

Durante nuestro primer día decidimos descansar las primeras horas de la mañana para recorrer Venecia toda la tarde y disfrutar del atardecer en Punta della Dogana.

En este primer paseo, nuestra intención era disfrutar de la isla, al mismo tiempo ver los posibles lugares para nuestra sesión de fotos.  Así que tomamos el tranvía que nos llevó hasta Piazzale Roma.

Pese a que nuestro anfitrión de Airbnb nos dio instrucciones exactas, entre tanta gente y el ruido no teníamos mucha idea de cómo movernos de ahí. Yo que soy muy fiel a los mapas impresos, me había dejado el mapa sobre la mesa y mi esposo trataba de usar una aplicación llamada MapsMe1 (el es más tecnológico que yo).

El tema con los mapas es que no te dicen qué línea de metro o, en este caso, de vaporetti tomar. En estas circunstancias puedes preguntar o ir un poco a la deriva. Nosotros seguimos nuestra intuición para intentar llegar a una galería donde se exponían fotografías de Helmut Newton2. Tomamos un vaporetto “X”, que no nos llevaba a donde queríamos y terminamos bajándonos en una de las calles principales que conducen al centro de Venecia.

 

 

Venecia en agosto. ©Sara Apaza.
Venecia en agosto. ©Sara Apaza.

Eran aproximandamente las 4 o 5 de la tarde y era una locura. Las calles estaban abarrotadas de stands, frutas, souvenirs y gente, mucha gente. ‘ Turisteo’ por aquí y por allá. Yo estaba muy impresionada por los viejos edificios y la arquitectura, pero me dolía ver tanto comercio desbordado3.

 

 

 

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Aquí, una imagen del ‘turisteo’ en Venecia. © Sara Apaza.

 

 

 

Debo admitir que me costó encontrarle romanticismo a mi primera impresión de Venecia. Supongo que puede más la belleza estética de la ciudad en sí y los pasajes escondidos donde no pasa casi nadie, que todo lo demás.

Sin querer queriendo llegamos al Ponti di Rialto, un puente muy céntrico desde el cual se tiene una vista muy impresionante de Venecia. Es uno de los puntos favoritos de los turistas, así que para sacarse la foto hay que moverse muy rápido.

Luego seguimos andando pasando por tiendas de máscaras venecianas y cuadros de gatos hasta llegar a Piazza San Marco. Un espacio que reúne a la Basílica de San Marco, museos, cafés, galerías y el Palazzo Ducale.

Una vez allí, confirmamos porqué la  mayoría de los fotógrafos realiza sesiones solo en horas del amanecer. No solo por la belleza de la luz a esas hora, sino porque durante la tarde las plazas y calles están llenas.

En nuestro caso, nuestros clientes requirieron realizar la sesión durante el ocaso, lo que significaba buscar un lugar hermoso, veneciano, pero sin gente…

Felizmente, aquella primera tarde, logramos abordar un vaporetto desde San Marco hasta la estación de Salute (Punta della Dogana).

En este lado de la Isla todo es mucho más apacible. Incluso se puede apreciar el atardecer desde las escaleras de la Basílica de Santa María, frente al mar y a Laguna Veneta.

 

Amanecer

Nuestro segundo día empezó con un súper desayuno cerca de las 7 de la mañana. Poco después partimos hacia Piazza San Marco para ir de excursión hacia las islas Murano y Burano.

Esta vez, pudimos disfrutar de la belleza del paisaje sin gente. Eran casi las 8 de la mañana y la mayoría de negocios estaban cerrados. La luz, como imaginamos, estaba hermosa, brillante y fresca.

Fue muy gracioso ver, cómo se transportan las frutas y verduras o abarrotes por estos lares. Todo, absolutamente todo es vía traghetto, hasta los envíos DHL.

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«El mercader de Venecia». ©Sara Apaza.

 

Murano y Burano

En Murano es interesante observar el proceso de creación de los artistas del cristal o vidrio tan famoso por su antigüedad y su refinamiento estético.

Hay piezas cuyo valor excede los 1000 euros, pero también hay artesanías mucho más sencillas que cuestan 5, 10, 15 euros.

No muy lejos de esta pequeña isla, se encuentra Burano. Aquí lo más atractivo es el paisaje que conforman las cientos de casitas de colores. Para pintar sus casas de distinto color, el Gobierno Municipal debe aprobar la solicitud.

Isla de Burano. © Mare and Sara Photography.
Isla de Burano. © Mare and Sara Photography.

Isla de Burano. © Mare and Sara Photography.
Isla de Burano. © Mare and Sara Photography.

Isla de Burano. © Mare and Sara Photography.
Isla de Burano. © Mare and Sara Photography.

Isla de Burano. © Mare and Sara Photography.
Isla de Burano. © Mare and Sara Photography.

Isla de Burano. © Mare and Sara Photography.
Isla de Burano. © Mare and Sara Photography.

 

Vida de fotógrafos

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Mi esposo y yo trabajando. © Michael Fish.

Ese mismo día, realizamos nuestra sesión de fotos durante la tarde. La experiencia fue genial, puesto que incluso realizamos tomas desde la góndola.

Cada paseo en las tradicionales góndolas venecianas tiene un valor de 80 euros y duran aproximadamente 30 minutos.

El reto en fotografiar desde la barca es tratar de mantener el equilibrio, y adaptarte al espacio. Nostros éramos cinco. (dos fotógrafos, la pareja y el gondolero).

Sin dudas, fue un paseo muy divertido que nos llevó por Piazza San Marco con burbujas y baile hasta Punta della Dogana donde terminamos al caer el sol.

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Al final de nuestra sesión, nuestra pareja hizo esta linda foto como recuerdo para nosotros. © Michael Fish.

Siendo una ciudad con tanto arte, me hubiera quedado mucho más. Mi recomendación es ir sin prisa para que puedan disfrutar de los museos y actividades locales. Si pudiera volver, lo haría para el carnaval que se celebra entre fines de enero y comienzos de febrero.

Espero que este post los inspire a continuar sus rutas y seguir viajando. Alisten sus mapas y cámaras. !A seguir volando!

El gondolero. © Mare and Sara Photography.
El gondolero. © Mare and Sara Photography.

Murano. © Mare and Sara Photography.
Murano. © Mare and Sara Photography.

Camino a Burano. © Mare and Sara Photography.
Camino a Burano. © Mare and Sara Photography.

Santa Maria della Salute. © Mare and Sara Photography.
Santa Maria della Salute. © Mare and Sara Photography.

Tiendas venecianas. © Mare and Sara Photography.
Tiendas venecianas. © Mare and Sara Photography.

Canales. © Mare and Sara Photography.
Canales. © Mare and Sara Photography.

Canales. © Mare and Sara Photography.
Canales. © Mare and Sara Photography.

Vista desde el Puente Rialto. © Mare and Sara Photography.
Vista desde el Puente Rialto. © Mare and Sara Photography.

Tiendas venecianas. © Mare and Sara Photography.
Tiendas venecianas. © Mare and Sara Photography.

Piazza San Marco. © Mare and Sara Photography.
Piazza San Marco. © Mare and Sara Photography.

Venecia. © Mare and Sara Photography.
Venecia. © Mare and Sara Photography.

Intentando captar la esencia de Venecia en una foto. © Mare and Sara Photography.
Intentando captar la esencia de Venecia en una foto. © Mare and Sara Photography.

© Mare and Sara Photography.
© Mare and Sara Photography.

Canales. © Mare and Sara Photography.
Canales. © Mare and Sara Photography.

Cremoladas venecianas. © Mare and Sara Photography.
Cremoladas venecianas. © Mare and Sara Photography.

Piazza San Marco. © Mare and Sara Photography.
Piazza San Marco. © Mare and Sara Photography.

Puente de los suspiros. © Mare and Sara Photography.
Puente de los suspiros. © Mare and Sara Photography.

  1. Maps Me es una aplicación que te permite descargar mapas de una localidad y navegar en ellos sin necesidad de estar conectado a internet.
  2.  Helmut Newton. (1920-2004) Famoso fotógrafo de modas de conocido por su trabajo en Vogue y Harpers Bazaar.
  3. Es conocido que este año el gobierno italiano recibió un ultimátum por parte de la Unesco para proteger Venecia. Según el comunicado, este patrimonio de la humanidad está en riesgo por el exceso de turismo. Ver aquí la noticia completa. 

 

*P.D. La gastronomía veneciana está basada en la comida marina. Calamares, pulpos y almejas son los platos típicos de la carta. Hay que considerar, que dependiendo del lugar, los costos de un platillo suele ser entre 15 a 30 euros.

Viviendo en Serbia

Reaparezco por aquí luego de tres meses, soy una mala blogger, pero es que debo confesar que escribir este post me ha costado.

Diciembre pasó muy rápido para mí. Entre los preparativos para la boda, la Navidad, el Año Nuevo el tiempo voló y no conseguí  sentarme y escribir.

Mi esposo y yo tuvimos que dejar en pausa nuestro trabajo como fotógrafos a bordo para conseguir los visados de nuestro siguiente destino.

Temporalmente vivimos en casa de la abuela en Pozarevac, una ciudad de unos 80 mil habitantes a una hora de Belgrado.

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Abuelas haciendo compras en el mercado local de Pozarevac. Foto: Sara Apaza.

Cuando vine la primera vez, de vacaciones, no me percaté de la escasa vida socio-cultural que se desarrolla aquí. El corazón de Pozarevac es un conjunto de tiendas, mercados, cafetines y bares pequeños.

Ahí también se ubica el centro cultural que cuenta con una librería y una cineteca que solo abre en ciertas fechas con algunas películas comerciales.

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Centro cultural de Pozarevac. Foto del Municipio de Pozarevac.

La danza, el teatro, la pintura y el arte en general, se desarrollan solo como parte de la currícula escolar, fuera de ello, la comunidad tienen pocas opciones de ocio.

Esa es una de las razones por las que la mayoría de estudiantes que finaliza la secundaria, parte a Belgrado. Los jóvenes  se marchan de aquí con miras a una vida distinta. Los que se quedan lo hacen resignados a encontrar un trabajo con salario mínimo y sobrevivir.

Pese a que las condiciones no son para nada ventajosas, la gente es generosa y alegre. Los fines de semana las familias se reúnen en las casas para preparar el almuerzo o celebrar alguna fiesta.

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Aquí una instantánea mientras preparábamos el almuerzo un domingo.

 

Vida nocturna

Por estos lares, la mayoría suele ir al centro en busca de música en vivo. Casi todos los bares tienen bandas interpretando música serbia contemporánea. La mayoría se junta en lo que llaman kafana (café-bar) y luego parten pasada la medianoche a alguna discoteca, pero no para bailar, sino para seguir bebiendo. Es algo que me llama la atención, los chicos no suelen bailar. Los pocos que se animan lo hacen con  varias copas encima porque son muy vergonzosos.

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Kafana de Pozarevac. Foto: Sara Apaza.

Viviendo en la más gitana de las Europas, en la del este, yo me esperaba encontrarme con mucha música como la de Goran Bregovic, pero la mayoría escucha a los cantantes de moda que salen en la TV o en la radio que no son muy gitanos que digamos. Antes de darles info sobre los bares les dejo una muestra de lo que suena aquí en una disco (irónicamente la canción se llama «Bela ciganka», que en español significa «Bella gitana»).

El precio de los tragos en comparación con Lima es más barato. Un cocktail de calidad suele costarte unos dos a tres  dólares y una cerveza chop solo un dólar.

Las chicas y los chicos suelen formar grupos, separándose un poco entre sí. Esto lo he visto incluso en los recreos de las facultades universitarias. Los veo conversando apartados hombres de mujeres, mientras almuerzan o comen el bocadillo durante los descansos.

Volviendo a las  noches. Después de la fiesta, si vas en taxi, no debes preocuparte el transporte es muy seguro. Nunca hemos tenido mala experiencia. Por lo general, los taxistas son muy respetuosos y reservados. Todo es tan cerca que a lo mucho saldrás pagando 3 dólares por la carrera.

Vida cotidiana

Nuestros días transcurren en la incertidumbre.  Hay días en los que la ansiedad se siente y para curarla salimos a caminar. Cargamos las cámaras y nos vamos cuesta arriba para  captar el aterdecer.

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Atardecer en Pozarevac. Foto de Marko Stojkovic.

Si hay algo que me gusta de vivir en el pueblo es ese aire de vida retirada, como aquel poema de Fray Luis de León que recuerdo haber leído en la escuela…

“Un no rompido sueño,
un día puro, alegre, libre quiero;
no quiero ver el ceño
vanamente severo
de a quien la sangre ensalza o el dinero.”
(Fragmento de «Oda a una vida retirada», Fray Luis de León. )

Convivir con la abuela también es parte de ese poema. Su vida transcurre en medio de un sosiego admirable. Desde hacer el pan, hasta enseñarme a tejer, en todo momento lleva paz consigo.

Sin embargo, debo admitir que hay días en los que he sentido hastío. Soy una mujer de ciudad, de bus, de calles, de vida mundana. Aunque muchas veces haya soñado con estar desconectada de todo y de todos, extraño aquella adrenalina diaria. Frente a estos sentimientos hay un quiebre, una sensación de saber que pasará, ¿a dónde iremos a parar ?

Bonus cumpleañero

Hace unos días fue mi cumpleaños número 30. Aunque nunca haga nada extraordinario para esta fecha siempre me llena de emoción envejecer.

En medio de todos los saludos y los buenos deseos me quedé pensando  sobre uno de los deseos más fuertes que he tenido desde pequeña. Siempre quise volver a tener una abuela.

Mi abuela materna siempre fue como una madre y amiga para mí. La perdí cuando tenia 8 años y desde entonces quise volver a tener una.

De alguna forma ese deseo tan viejo y profundo se ha cumplido desde que vivimos con la abuela de mi esposo. Yo siempre la llamo “Bako”, que es como aquí se dice abuela, aunque se me escapa el diminutivo y me sale algo tan criollo como “Bakito”, con cariño, (aunque claro aquí esa palabra no existe), pero ella me entiende y ríe. No se imagina que es mi regalo.

 

Datos de viaje
Ticket Lima- Belgrado -Lima:
Precio aproximado: US$ 1500. Tiempo de viaje: 22h.
Ticket Belgrado-Pozarevac (Bus):  US$15.00 Tiempo de viaje: 60 minutos.
Hoteles: Un solo hotel local. Lo ideal es hospedarse en casa de un amigo o familiar.
Gastronomía: La cocina balcánica tiene influencia de la gastronomía eslava, turca y mediterránea. Son comensales con preferencia por la carne de res y de cerdo. Casi nunca se come pescado, a excepción de la Pascua o las fechas como San Nicolás. No es el mejor destino para los veganos.
Religión: Ortodoxa.
Moneda: Dinara. Cien dinaras son equivalentes a un dólar.
Idioma:  Serbio. Alfabeto: Cirilico.